Este espécimen nació en Kagan (Uzbekistán), no le querían ni sus padres por lo que casi recién nacido fue abandonado en la selva amazónica donde fue criado por pavos reales. Debido a su particular aspecto las tribus del lugar le llamaban “yuyú-dekara” que en su idioma significa literalmente “que tio mas feo coño”.
Cuando cumplió la mayoría de edad viajo a Medina del Campo donde utilizo sus conocimientos en cultivos para experimentar con alimentos, fue así como invento las mollejas con sabor a vainilla (mas tarde se supo que este sabor era provocado por el echo de que las mollejas estaban caducadas). Tras este fracaso montó un espectáculo de chimpancés acróbatas el cual tuvo bastante éxito. Pero con el tiempo los chimpancés se cansaron de él asique uno de ellos le demandó por acoso sexual, el chimpancé ganó el juicio y a Rivi se le embargó todo excepto un bonobus con 3 viajes y un chicle de menta que tenía en el bolsillo.
Sin un duro encima no se sabe como volvió a la selva, donde tristemente se hizo adicto a la fabada litoral. Fue tal su adicción que una mañana de verano a principios de diciembre mientras jugaba al parchis con un mapache, una acumulación gasil se creo en su interior provocando una expulsión masiva de gas metano por su orificio ojetal. Tan grave fué, que causó la extinción de varias especies autóctonas y el crecimiento del agujero de la capa de ozono, violando así el protocolo de Kioto por lo que fue detenido y mandado a prisión. Fue allí donde conoció a sus actuales compañeros de la radio en la que colabora actualmente, eso si, siempre en el punto de mira de las protectoras de animales.
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